Texas es el segundo estado con más casos de coronavirus en las últimas semanas por encima de 3,500 nuevos contagios diarios, pero el gobernador republicano Greg Abbott quiere hallar culpables y encontró en inmigrantes su objetivo.

La variante Delta de COVID-19 tiene en jaque a varios estados del sur y centro de los Estados Unidos, principalmente porque son las entidades que tienen menor porcentaje de vacunación, debido a la desinformación.

 

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Sin embargo, en medio de su agenda contra inmigrantes, Abbott los acusa de contribuir a los contagios significativamente, en una forma de justificar sus acciones para detenerlos e intentar prohibir al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) su traslado.

El miércoles pasado, por ejemplo, Texas reportó más de 10,000 nuevos casos de Covid-19, el número más alto en ´24 horas desde el 9 de febrero y ese mismo día, el gobernador Abbott firmó una nueva orden ejecutiva que, afirmó, ayudaría a contrarrestar el aumento.

No, no se trató de una estrategia de cómo aumentar la vacunación o mejorar la información, sino de ¡contra los inmigrantes!

Su orden restringe el “transporte terrestre de migrantes que presentan un riesgo de llevar COVID-19 a las comunidades de Texas”.

Abbot autoriza a la Policía de Texas a “detener cualquier vehículo bajo sospecha razonable” de violar la orden ejecutiva.

Aunque el gobernador republicano, un fiel seguidor del expresidente Donald Trump y su agenda contra inmigrantes, no demuestra cómo un hecho está enlazado con el otro, pero lanza sus teorías.

“El dramático aumento en los cruces fronterizos ilegales también ha llevado a un aumento dramático en los casos de COVID-19 entre los migrantes ilegales que han llegado a nuestro estado”, afirma Abbott sin cifras que sustenten sus dichos. “Debemos hacer más para proteger a los texanos de este virus y reducir la carga en nuestras comunidades”.

Resulta contradictorio que mientras Abbott pretende estar preocupado por los casos de COVID-19 en su estado recientemente haya emitido otra orden ejecutiva que prohíbe los mandatos de vacunación y el uso de mascarilla en las agencias y empresas que reciben fondos del estado.

Eso fue en respuesta a la Casa Blanca sobre el refuerzo de vacunación en todo el país y la orden de que empleados federales y contratistas demuestren estar vacunados o seguir estrictos controles de protección facial y rastreo de contagio.

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La orden de Abbott se produce también después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) restablecieron la recomendación de que las personas en áreas con altas tasas de transmisión usen mascarilla, incluso si están vacunadas. Texas es uno de esos estados.

“La nueva Orden Ejecutiva enfatiza que el camino a seguir se basa en la responsabilidad personal más que en los mandatos del gobierno”, afirma Abbott.

La pregunta es, ¿entonces por qué culpa a los inmigrantes los culpables?

La nueva orden de Abbott sobre los inmigrantes ya fue desafiada en un tribunal por el DHS.

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