En cuestión de meses, perdieron a sus dos padres. Beatriz Ramírez, de 19 años, es la mayor de cuatro hermanos que quedaron huérfanos por el coronavirus.

Su padre, Ramón Ramírez, de 39 años, un trabajador de la construcción de México, murió a causa de las complicaciones del Covid-19 en abril, cinco meses después de que su madre sufriera un infarto fatal.

"Después de que mi mamá falleciera en noviembre, papá nos sentaba y decía que no iba a ser lo mismo, pero que intentaría estar ahí para nosotros sin importar lo que cueste", dijo Beatriz.

"Cada vez que nos sentíamos tristes, siempre acudíamos a él. Él era nuestra roca y ahora también se ha ido".

Beatriz narró que ella misma se enfermó de Covid y su padre se negaba a ser llevado a un hospital por miedo a no estar disponible para sus hijos.

"En abril tuve síntomas y, tres días después, mi padre se enfermó. No nos hizo saber que también estaba teniendo problemas para respirar porque yo estaba muy mal", contó. "El miedo que tenía era dejarnos solos. No estar allí con nosotros realmente lo asustaba".

Los niños de Ramírez ahora viven con su media hermana, Marlene Torres, de 29 años, en Passaic, Nueva Jersey, una ciudad predominantemente latina donde 237 personas han muerto a causa del virus. El hermano menor cumplió 11 años poco después de la muerte de Ramírez.

"Yo trabajo como asistente médica, así que me hice cargo de todos los seguimientos, de todo. Entonces, cuando el hospital me llamó el 28 de abril, pensé que solo sería una actualización de su progreso", narró Marlene. "Pero luego el médico me dijo que solo le quedaban unos minutos. Pude verlo en Zoom y luego su corazón se detuvo. Mi hermana y mis hermanos vivían con mi padrastro. Cuando fui a su apartamento para decirles, simplemente colapsaron. Ni siquiera terminé de contarles. Su mundo entero se hizo añicos".

"La gente tiene que entender que este virus no es una broma; es en serio. Este virus puede romper una familia en muchos pedazos".

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