Los asaltos en la carretera Nuevo Laredo-Monterrey se recrudecen. De nuevo, amedrentan, roban, asaltan a los connacionales que cruzan la frontera. “Cuando entramos a Nuevo Laredo es meternos a la cuna de lobos. Nos van a comer”, afirma Rogelio Ávila, representante del Consejo Nacional de Legisladores y Migrantes, en Chicago, Illinois, quien se libró de un asalto en su camino a Zacatecas.

“Acabo de pasar por esto el martes (21 de julio). Lo sufrimos todos los paisanos. El miércoles asaltaron a un amigo mío, en la misma carretera. Los atracos son al medio día”, informó Ávila.

“A mí me sucedió a las 12:00 del día. Me quedé en Laredo, Texas, con mi familia para dormir tranquilos. Dijimos ‘si nos vamos de noche, nos van a asaltar’. Decidimos cruzar la frontera como a las 11:00 de la mañana. Tomamos tramo carretero a las 12 del día y le pregunté a un soldado: ¿cómo está el tema del cruce?, a lo que él me respondió ‘señor, le voy a decir, los están entroncando’”, relató Rogelio.

“Y continuamos. Veníamos por el boulevard Colosio y cuando se da vuelta hacia la izquierda, hacia el Retén del kilómetro 26, hay un semáforo y es donde está la Policía de Tránsito. Y ahí donde está el agente de tránsito, está el ‘halcón’”.

“Justo ahí, una Suburban blanca se coloca detrás de mí camioneta y hace unas llamadas. Dije ‘esto ya no me huele bien’. Cuando me hago al carril izquierdo, no avancé más de 200 metros y se me pega una camioneta Escape como modelo 2010. Tengo las placas.”

“Entonces, empieza la persecución y la corretiza. Me amenazan con arma de fuego, en mi puerta. Y mi reacción, como padre, para cuidar a mi familia, fue darme a la fuga”, relata.

“Fue cuando se me cruzan la camioneta blanca, pero en lugar de pararme, les aventé mi vehículo que venía cargado con donaciones de Chicago para gente de Zacatecas.

More From Fun 94-7